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martes, 22 de agosto de 2017

La etiqueta de ENFERMO.


Categorizar/etiquetar viene ligado a nuestra forma de vida. Dividir las cosas o personas por grupos facilita y mucho las tareas y la vida en general, la verdad. El problema, para mi, radica en el estigma que crean algunas de las etiquetas de las que hacemos uso. Hablemos por ejemplo del rol del enfermo. 

Pensemos por un momento que las enfermedades son batallas. Batallas dentro de una guerra a la que llamamos vida. Existen batallas de las que estamos orgullosos de salir airosos, o a las que odiamos con todas nuestras fuerzas cuando se lleva a algún ser querido. Batallas que pasan a ser parte de nuestra biografía, batallas que nos llenan la boca al rememorarlas y explicarlas, batallas alrededor de las cuales empiezas a definirte como individuo. Luchador, fuerte, perseverante, optimista, seguro y triunfador. 

Sin embargo, existen batallas que a pesar de ser igual de importantes o incluso más, en algún caso, nos avergüenzan, nos acomplejan, negamos su existencia y vivimos más que para decir orgullosos que también hemos salido airosos, para esconderlas. Porque, si alguien se entera... 
¿Qué van a pensar de mi?

Estas segundas son las Enfermedades Mentales


Por qué nos sentimos más cómodos contando batallitas de enfermedades "físicas" (que muchas veces son una reacción de nuestro cuerpo a agentes externos) y nos negamos a admitir y enorgullecernos de haber ganado una de las peores batallas? Una batalla contra uno mismo, en la que muchas veces la cura, la tienes o eres tu mismo. Porque muchas veces podemos ser nuestros mejores amigos, pero también nuestro peor enemigo


La razón de más peso en la que consigo pensar para negar un logro como este, es el estigma que crea encontrarte en la etiqueta de Enfermo Mental

Utilizar las enfermedades como etiquetas, como marca negativa y vergonzosa es lo que hiere, es lo que hace daño. Etiquetas como deprimido, esquizofrénico, paranoico o maniático son las que crean estigma y discriminación. Las enfermedades mentales no son etiquetas para ir usando a la ligera. 


1 de cada 4 personas sufre, ha sufrido o sufrirá un Trastorno Mental a lo largo de su vida, según la OMS. Esto quiere decir que en cada familia, algún día alguien sufrirá algún tipo de desequilibrio o malestar emocional.  


Una característica, entre todas las otras que definen a una persona no tiene porque sentenciar a un individuo. Yo no quiero ser categorizada como la enfermedad que padezco , porque mi enfermedad no me define. No es más que una mera circunstancia. 

No soy mi trastorno...
Padezco, sufro, tengo un Trastorno mental y este no tiene por que definirme como individuo. 


Somos personas, bailarines, músicos, fotógrafos, camarógrafos, soñadores, presentadores, vagos, trabajadores, blancos, negros, rubio, castaños, chinos, rusos, americanos, turcos, franceses, bajos, altos, gordos, flacos, optimistas, pesimistas, triunfadores, luchadores, felices, desgraciados, ricos, pobres, responsables, hermanos, tíos, primos, padres, madres, centrados, distraídos, nerviosos, serenos, pensadores, sabios, tontos, viejos, jóvenes, adultos, niños, y un millón de cosas más (quedándome corta). 


Me niego a aceptar que entre todas las cosas a elegir se me etiquete como un Trastorno Mental. 

La Salud Mental de las personas es parte indivisible de su Salud y Bienestar.  

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